“Me gustaría que los lugares nos hicieran descubrir el mundo oculto a nuestros ojos. Porque necesitamos volver a mirar el mundo real, no vagar por la ficción, ni levantar una fantasía, ni permanecer evadidos. Necesitamos un espejo pero curativo, volvernos a enamorar de nostros mismos, de nuestro hecho concreto y humano, por defectuoso que sea”.
Blitz, David Trueba (Anagrama, 2015)
Me gusta David Trueba. Es tan inteligente que prefiere disimularlo bajo un simple aire de tipo cabal y sensato, que no es poco.
Me gustan sus personajes. Ni héroes ni antihéroes. Personajes de la media, de los que nunca sobresalen, de los que nunca sacan el cuello ni despuntan. Uno más del montón.
Me gustan sus historias. Pequeñas, cotidianas, con pequeños dramas, pequeños conflictos de los que no extrae narraciones tremendistas ni intenciones moralizantes. Sólo historias de vida, de la vida que pasa día a día.
Me gusta la idea del personaje de su última novela, Blitz. Beto Sanz sueña con un parque en el que los paseantes puedan sentarse a disfrutar de tres minutos de silencio mientras dejan escapar el tiempo en un reloj de arena.
Me gusta Blitz.
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Un añadido. En Blitz se habla de un cantautor uruguayo. En este videoclip de un cantautor uruguayo aparece un director de cine convertido en escritor.